El gobierno entró en estado de crisis por el centenar de muertes por fentanilo contaminado y temen que la tragedia les arruine la campaña electoral.
Este jueves hubo una cumbre en Casa Rosada de la que participaron el ministro de Salud, Mario Lugones, junto a Karina Milei y Santiago Caputo, para buscarle una vía de escape a un tema que se coló como un cisne negro en la recta final antes de las elecciones.
El estado de alarma es evidente por el abordaje político que le dieron con la intervención de la hermana del presidente y Caputo, que no tienen el conocimiento técnico que demanda una crisis sanitaria ya catalogada como la peor de la historia argentina, según la oposición.
Karina y Caputo exhibieron una suerte de tregua hasta las elecciones tras el turbulento cierre de listas bonaerense sólo para no perjudicar la performance libertaria en la provincia e! septiembre y en todo el país en octubre.
La mesa semnal de campaña que armaron debió mutar a un tema sanitario con Lugones, que no habló desde que empezaron a propagarse las víctimas por el fentanilo producido por el laboratorio Ramallo del grupo HLB Pharma.
Lugones prefería volar abajo del radar hasta que llegó el fuego amigo de Federico Sturzenegger. El ministro de Desregulación culpó a la Anmat por haber fallado en el control del fentanilo y desató la crisis en el gabinete.
El miércoles debió ir a ver a Lugones para pedirle disculpas pero aún no disipó la bronca en la Rosada, ya que con sus declaraciones vinculó al gobierno de Milei con las muertes, derrumbando el discurso que filtraba el ministerio de Salud para vincular al kirchnerismo con el dueño de HLB Pharma, Ariel García Furfaro.
La primera acción de la mesa de urgencia de este jueves fue redactarle el discurso a Milei para su acto en el club Atenas de La Plata. Allí se refirió por primera vez a la tragedia del fentanilo con las mismas herramientas que habían usado hasta la bomba que activó Sturzenegger: intentó vincular al kirchnerismo y a Axel Kicillof con Furfaro.
Luego, la cuenta oficial de la vocería de Manuel Adorni buscó instalar la misma martingala. Además de pedir la cárcel para Furfaro, anunciaron que recusarán al juez del caso, Ernesto Kreplak, por ser pariente de Nicolás Kreplak, el ministro de Salud de Kicillof.