La senadora Carmen Álvarez Rivero sugirió durante el plenario de comisiones donde se debatía la emergencia pediátrica por el ajuste contra el Garrahan que ese hospital sólo debería atender a los niños porteños. “Quiero hacer un aporte: yo no creo que los niños argentinos tengan el derecho a venir al Garrahan a ser curados. Ese derecho no lo conozco”, dijo la cordobesa, y desató la furia de sus colegas.
Según su criterio, “la frase de que la salud de alta complejidad es de competencia federal es falsa porque la salud es de competencia provincial”.
Su intervención redundó en un profundo malestar de sus pares, que están hartos de escuchar sus desatinos.
La primera en responderle fue su colega en el bloque PRO, Guadalupe Tagliaferri, que se había levantado para ir al baño durante la intervención de Álvarez Rivero y provocó el reproche de la macrista cordobesa contra la legisladora electa por la lista de Horacio Rodríguez Larreta. “No sabía que era objeto de la obsesión de la senadora Carmen Rivero”, arrancó Tagliaferri, y recordó que “la salud de los niños, niñas y adolescentes en Argentina tiene rango constitucional”.
El radical Martín Lousteau, por su parte, consideró que “un país es injusto cuando lo que uno tiene a disposición depende del lugar donde uno nace”. “Que alguien diga que los niños en Argentina, cuando tienen una patología grave, no tienen derecho a ser atendidos en el Garrahan da idea de cuán proclive a la injusticia es la cabeza de una persona y cuán alejada está de eso”, le contestó a Álvarez Rivero, a quien le atribuyó “un nivel de agravio y de violencia inusitado”.
Más dura fue la peronista Carolina Moisés, que lanzó: “nunca hay que subestimar la audacia de los ignorantes y, cuando la ignorancia es tan explícita, es una pérdida de tiempo responder a ella”. “Comparándonos con cualquier otro país de latinoamérica, el sistema nacional sanitario realmente es admirable”, sostuvo.
Además, apuntó que “el orgullo” debería empezar “por esos héroes anónimos, que son los agentes sanitarios, que son los que están en los cerros, en alpargatas y a lomo de mula llevando vacunas hasta el último rincón del país” hasta “el máximo nivel de complejidad”, en referencia al Garrahan.
La senadora cordobesa volvió a pedir la palabra luego. Expresó que fue “mal interpretada” y que “los niños no tienen nada que ver” pero insistió con que cada establecimiento de alta complejidad debe atender a quienes viven en la zona.
Frente al abucheo de quienes presenciaban el plenario de las comisiones de Salud, Presupuesto y Población, su presidenta, Lucía Corpacci, la instó a cerrar su discurso. “La discusión es sobre el Garrahan y no algo personal con los senadores”, marcó.
Antes de la ola de críticas, Álvarez Rivero había pedido que se otorgue rango nacional a la Academia de Ciencias de Córdoba “para garantizar mejores profesionales de la salud a todo el país”.
De hecho, llegó a decir que “la salud privada y la salud pública cordobesa atienden muchísima población de otras provincias”, y consignó que en su jurisdicción reciben pacientes de “Catamarca, La Rioja, Santiago del Estero y hasta de La Pampa”. “Eso es porque la Argentina está pobre, estos veintipco de años han destruido las instituciones y por supuesto que la salud de las provincias está en su mínima expresión”, opinó la senadora.