Donald Trump dio un giro inesperado y abrió una puerta de negociación con Lula en medio de las tensiones por los aranceles y las sanciones contra los jueces que condenaron a Jair Bolsonaro. Lo hizo durante su discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas donde dijo que quiere reunirse la semana que viene con el líder brasileño.
“Yo entraba (a la sesión plenaria de la ONU) y el líder de Brasil salía. Lo vi, él me vio y nos abrazamos. De hecho, acordamos reunirnos la próxima semana. No tuvimos mucho tiempo para hablar, unos 20 segundos. Pero parecía una persona muy agradable. Le caí bien y a mí me cayó bien”, planteó Trump desde el estrado de la ONU y ante la sorpresiva mirada de Lula.
Fuentes del gobierno brasileño consultadas por LPO confirmaron la reunión entre Trump y Lula la próxima semana, pero no precisaron si la conversación se realizará en persona o por teléfono.
Lo extraño del giro es que un día de antes de la exposición de ambos, Estados Unidos confirmó la sanción contra la esposa del juez Alexander de Moraes, el relator de la condena contra Bolsonaro que también sancionado por el Tesoro hace dos meses.
En una nueva injerencia de Trump, EEUU sanciona a la esposa del juez que condenó a Bolsonaro
Más allá del gesto a Lula, Trump insistió con que en Brasil había “censura, represión, corrupción judicial y persecución de críticos políticos”. “Brasil ahora enfrenta fuertes aranceles en respuesta a sus esfuerzos sin precedentes por interferir con los derechos y libertades de nuestros ciudadanos estadounidenses y de otros países, mediante la censura, la represión, el suministro de armas, la corrupción judicial y la persecución de críticos políticos en Estados Unidos”, reafirmó.
En julio, tras anunciar los aranceles del 50 por ciento, Trump dijo que hablaría con Lula “en algún momento, pero no ahora”. Posteriormente, a principios de agosto, Trump afirmó que “Lula puede hablar conmigo cuando quiera” cuando se le preguntó sobre la crisis con Brasil.
En ese momento, Trump envió una carta a Lula anunciando aranceles del 50% a los productos brasileños importados a Estados Unidos y justificó la medida, en parte, por lo que denominó una “cacería de brujas” contra el expresidente Jair Bolsonaro (PL). La medida entró en vigor la primera semana de agosto.
La Casa Blanca anunció que cerca de 700 artículos quedarían exentos, entre ellos el jugo de naranja, el combustible, los vehículos, las aeronaves civiles y ciertos tipos de metales y madera.
Condenan a Bolsonaro a 27 años de prisión por el intento de golpe a Lula
Lula, que habló antes que Trump, defendió la soberanía de Brasil y apuntó a los autoritarismos que pretenden intervenir en su país, en referencia a Estados Unidos. Sin embargo, ahora se abre un nuevo panorama que podría significar una dura derrota para Eduardo Bolsonaro, hijo de Jair y principal lobbysta de las sanciones contra Brasil.
Las sanciones no amedrentaron ni a la justicia que terminó condenado a Bolsonaro por intento de golpe a 27 años de cárcel ni al gobierno que defendió la independencia de la justicia e impulsó una masiva marcha contra el intento de amnistía que propone el bolsonarismo.