Reunión entre la libertad avanza y Emilio Cordonnier: El intendente busca mantener la presidencia del concejo deliberante a toda costa

En la noche del pasado martes, el despacho del intendente Emilio Cordonnier volvió a ser escenario de movimientos políticos estratégicos. Esta vez, con nuevos actores y objetivos claros: mantener el control del Concejo Deliberante pese a un escenario adverso. Según pudo saber Diario Ayacucho, Cordonnier convocó a una reunión a Marisa Darguibel, concejala electa por La Libertad Avanza, junto a otros referentes del espacio libertario local. Quienes asistieron desconociendo los motivos de la misma.
El trasfondo de este encuentro no requiere grandes esfuerzos interpretativos: con la pérdida de dos bancas en el Concejo, el oficialismo quedó sin la mayoría automática que venía disfrutando. Peor aún, el resultado electoral no lo acompañó, lo cual tradicionalmente implica que la presidencia del cuerpo deliberativo recae en el espacio ganador. Sin embargo, los caminos tradicionales parecen estar en revisión.


La propuesta fue clara: ofrecerle a Darguibel la vicepresidencia del Concejo a cambio de apoyo para que el oficialismo conserve la presidencia. Un pacto de supervivencia institucional, podría decirse. Pero también una jugada que instala un delicado interrogante: ¿hasta dónde está dispuesto a ceder el poder cuando las urnas ya no lo respaldan?
El acuerdo –o intento de acuerdo– con La Libertad Avanza introduce una nueva variable en la ecuación local. No solo por la contradicción ideológica evidente entre los espacios, sino por lo que podría implicar en el futuro. Porque si hoy se busca sellar una alianza para asegurar gobernabilidad, ¿mañana se buscará lo mismo para conservar la intendencia? ¿Dónde quedan, entonces, las convicciones políticas?
También llama la atención el lugar que ocupa –o más bien, no ocupa– el peronismo local en esta maniobra. Si se respeta la lógica democrática que suele imperar, el bloque peronista debería presidir el Concejo como espacio con mayor caudal electoral. No obstante, el acuerdo entre dos fuerzas ideológicamente antagónicas parece abrir una vía paralela que podría dejarlos fuera del juego institucional. Resta ver si estaban al tanto de esta estrategia o si se enterarán, como tantos vecinos, por las páginas de este diario.
Más allá de nombres propios, lo que se está discutiendo en esta etapa de transición política es algo más profundo: la forma en que se construyen las mayorías en contextos donde los votos no alcanzan. La política, sabemos, requiere de acuerdos, pero también de coherencia. El ciudadano común, que votó bajo ciertas expectativas, podría preguntarse si ese voto hoy está siendo reinterpretado bajo lógicas de conveniencia.
En definitiva, no se trata solo de una puja por cargos, sino de cómo se traduce la voluntad popular en decisiones concretas. Y sobre todo, de qué tipo de mensajes se envían cuando las alianzas no se sustentan en valores compartidos, sino en necesidades circunstanciales.
Porque, al final, lo que está en juego no es solamente una presidencia legislativa, sino el sentido mismo del mandato popular.

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