Un grave hecho de abigeato conmocionó a la comunidad rural del partido de Ayacucho durante el último fin de semana. Según se pudo confirmar, desconocidos faenaron seis vaquillonas pertenecientes a un productor de la zona, en un establecimiento ubicado sobre la Ruta 50, en dirección a Rauch.

El episodio se habría producido entre la noche del sábado y la madrugada del domingo, aprovechando la oscuridad y la escasa circulación en la zona rural. Fue el propio propietario quien, al recorrer el campo horas después, se encontró con la escena: restos de los animales dispersos y claros indicios de una faena realizada de manera apresurada pero planificada.
Fuentes policiales indicaron que, hasta el momento, no se tienen datos precisos sobre la identidad de los autores ni el destino de la carne sustraída. Intervienen en el caso la Policía Comunal de Ayacucho y el Comando de Prevención Rural, que trabajan en la recolección de pruebas, levantamiento de huellas y toma de testimonios de vecinos y personas que pudieran haber visto movimientos extraños durante la noche.
El abigeato, uno de los delitos rurales más antiguos y persistentes, provoca graves pérdidas económicas a los productores y genera un fuerte impacto en la actividad ganadera. En este caso, se estima que el valor de seis vaquillonas en pie representa una suma de importancia en el mercado actual, agravada por el daño que implica interrumpir el ciclo productivo del rodeo.
Vecinos y productores de la región manifestaron su preocupación ante la reiteración de hechos de este tipo, que no son aislados. “Esto no es la primera vez que pasa. Hay bandas que conocen bien el terreno y actúan con rapidez, lo que hace difícil atraparlos”, comentó un productor de la zona que pidió mantener su nombre en reserva.
En la provincia de Buenos Aires, el abigeato ha mostrado un repunte en los últimos años, según datos de organismos rurales. Las modalidades más comunes incluyen la faena clandestina en el propio campo, el traslado de animales robados a pie o en vehículos, y la posterior comercialización de la carne en circuitos informales. Esta situación no solo representa un perjuicio económico para el damnificado, sino que además implica un riesgo sanitario para la población, al no contar con controles bromatológicos.
Las autoridades policiales recordaron la importancia de denunciar rápidamente cualquier hecho sospechoso, reforzar la seguridad de tranqueras y accesos, y mantener comunicación constante entre vecinos para prevenir nuevos ataques. Mientras tanto, la investigación continúa y se aguarda que en las próximas horas puedan surgir avances a partir de los indicios recogidos en el lugar y el análisis de posibles huellas o rastros dejados por los autores.
Este nuevo caso vuelve a poner en agenda la necesidad de fortalecer los mecanismos de prevención y vigilancia en las zonas rurales, donde la distancia y el aislamiento muchas veces juegan a favor de quienes cometen este tipo de delitos.