La condena a 27 años para Jair Bolsonaro es una bomba política para Brasil y el mundo. Que haya sido por el intento de golpe de estado contra Lula marca un antecedente que algunos medios del mundo plantearon como “lo que Brasil pudo hacer y Estados Unidos” no.
Ahora se abre un proceso intenso en términos políticos, por las definiciones de eventuales candidatos alternativos y alanzas que parecen complejas, pero también desde el punto de vista judicial.
Como la condena supera los 8 años, Bolsonaro debería comenzar a cumplirla en una cárcel común, pero seguiría recibiendo el beneficio del arresto domiciliario por cuestiones de salud. Sin embargo, la Corte Suprema debe discutirlo.
Una fuente que trabaja en la causa explicó a LPO que “se abre 15 días para que las defensas presenten los embargos de declaración, cuestiones de formas y ajustes en la dosis de las penas basados en que no fue por unanimidad.
Con eso, la Corte tiene 60 días para resolver y cuando se resuelve esto empieza a valer la condena”. “Tendremos un Bolsonaro navideño”, bromea en relación a los tiempos de la justicia.
Condenan a Bolsonaro a 27 años de prisión por el intento de golpe a Lula
La defensa argumenta la necesidad de mantenerse en prisión domiciliaria por cuestiones de salud y la edad de 70 años. Bolsonaro precisa de atención sanitaria por la puñalada que recibió en 2018 pero se negó a hacer cuidados y tratamientos en los últimos dos años. Por eso se interna de urgencia para destapar el intestino de manera periódica. “Esa desidia lo deja débil para pedir la domiciliaria”, apunta.
Si la Corte Suprema de Justicia niega la domiciliaria podría terminar en la cárcel de Papuda de Brasilia. El régimen sería con una sala separada del resto, con privacidad y seguridad como la que estuvo Lula en la sede de la Policía Federal en Curitiba.
Lo paradójico de esto es que Bolsonaro decía que quería que los ladrones se “pudran en Papuda”. Por eso, en su entorno dicen que tiene terror en terminar ahí. La decisión están manos del relator, es decir, Alexander de Moraes, enemigo número uno del ex presidente.
Pero hay otro proceso que tiene menos visibilidad y está relacionado con el juicio por “indignidad” que hará Superior Tribunal Militar en el que evaluarán si pierden jubilación y cargos acumulados en las fuerzas.
La sentencia incluye multas y la pérdida de cargos públicos, así como la posible degradación militar para aquellos con formación militar. En ese sentido, el Tribunal Superior Militar defendió la legalidad del proceso contra Bolsonaro y criticó las “intromisiones extranjeras” en el caso.
Cuando Bolsonaro fue absuelto en los años 80 por estar acusado de planear una atentado, arregló salir del ejército con el rango de capitán. Hasta el día de hoy la utiliza. Este mismo proceso será el que atraviese los generales Augusto Heleno, Paulo Sergio Nogieuer y Walter Souza Braga Netto y el almirante Garnier.