El comerciante y artista local Nicolás Molina fue víctima de una brutal agresión en Brasil mientras participaba de un torneo de fútbol amateur junto a un grupo de amigos de Buenos Aires. El hecho se conoció días atrás, luego de que el propio Molina publicara una imagen en redes sociales con un mensaje contundente:
“Tremendo cobarde tenés que ser para pegarle patadas en la cabeza a alguien que está en el piso y de a muchos.”
Esa frase fue suficiente para despertar preocupación entre sus allegados y para que el caso tomara estado público. Según relató el propio Molina, todo ocurrió durante una salida nocturna, luego de varios días de competencia. Al ver que uno de sus amigos estaba siendo atacado por un grupo de brasileños, intentó defenderlo, pero terminó recibiendo una golpiza que —según sus propias palabras— pudo haberle costado la vida.
“Fue una paliza tremenda. Casi me matan”, contó el joven ayacuchense, todavía conmocionado por lo vivido. Según su testimonio, la violencia del ataque fue desmedida y uno de los agresores incluso portaba un arma. “Me pegaron entre varios, me desmayé y cuando desperté estaba en el hotel. No entendía nada”, relató.
Las imágenes que circularon en redes sociales muestran parte del daño físico que sufrió. Aunque difusas, reflejan la gravedad del hecho: moretones, cortes y un rostro visiblemente golpeado.
Luego del ataque, fue atendido en el hotel y posteriormente logró regresar a la Argentina. Si bien no hubo una denuncia formal inmediata ante las autoridades brasileñas, el caso generó indignación entre quienes lo conocen y lo siguen en redes sociales.
La publicación de Molina se viralizó rápidamente, recibiendo decenas de mensajes de apoyo y preocupación. “Lo importante es que estoy vivo, pero fue durísimo. No se lo deseo a nadie”, expresó.
Aún con visibles secuelas físicas, el artista aseguró que el golpe más fuerte fue emocional: “Uno sale a disfrutar, a compartir con amigos, y de golpe podés no volver. No hay palabras para describirlo.”
El hecho quedará marcado como una experiencia traumática para el joven, que agradece haber sobrevivido a un episodio que, por su violencia, pudo haber terminado en tragedia.
