Tras el desplome de dos tinglados de chapa, la Provincia puso en cuarentena toda la red de 128 los llamados “polideportivos sociales”, un ícono de la campaña del peronismo ya que se montaron rápidamente en barrios populares y pueblos del interior. La medida de revisión involucra a los habilitados durante la gestión de Juan Schiaretti, aquellos que se inauguraron en la gestión Llaryora y los que están en construcción.
Los polideportivos sociales tienen una alta simbología en el peronismo cordobés: su escenografía se usó en los últimos años para enviar mensajes hacia la política. Allí se hicieron las puestas en escenas para potenciar candidaturas. La última vez que se usó en ese sentido fue el 5 de noviembre, en barrio La Dorotea, para blanquear el regreso de Federcio Alesandri, de paso rasante por el kirchnerismo en los últimos años, al peronismo cordobés.
Primero cedió uno en el barrio Los Alamos, en la ciudad de Córdoba, y este viernes se desplomó el ubicado en Mar Chiquita. A raíz de eso, Llaryora, que está recomponiéndose de una intervención quirúrgica sencilla, dispuso el cierre de la red de playones deportivos y denunciar a la empresa constructora.
Luego de construidos, la Provincia cede la administración de los playones a los municipios. Ahora, Llaryora convoca a colegios profesiones y universidades a realizar la revisión técnica de los tinglados, una estructura de caño y chapa sin complejidades de construcción. Ambas estructuras cedieron durante tormentas de mediana intensidad y habituales en Córdoba.
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La empresa apuntada es Imbal S.A., de Río Tercero. Este año facturó 2.757,8 millones de pesos por la construcción de estos polideportivos en toda la provincia. El año pasado, la facturación por estas obras llegó a los 7.554 millones de pesos. La construcción de estos playones comenzó en 2022. En lo político, la luz apunta al Ministerio de Desarrollo Social que comanda Laura Jure y que es una de los territorios del schiarettismo duro.
