Federico Otermin es un baron del Conurbano del siglo XXI. Llega a la redacción de LPO sólo. Sin chofer, ni secretario, ni vocero. Minimalismo peronista. Ganó las elecciones de Lomas de Zamora por casi treinta puntos, pero advierte: “La tracción electoral de los aparatos está sobrevaluada, hay muchos más vecinos que militantes”.
Otermin tuvo un rol clave en la unidad del peronismo bonaerense. En los días críticos, cuando la pelea interna amenazaba con decantar hacia la ruptura, gastó horas y horas en conversaciones con Cristina Kirchner, Sergio Massa y Axel Kicillof. “Cristina está en el corazón del pueblo y Axel lidera una expectativa de futuro muy grande”, afirma, insistiendo con un equilibrio que por momentos parece imposible. O sea, un político haciendo política.
-¿Qué tanto incidió en el resultado de la elección bonaerense el arrastre los intendentes?
-Fue una elección muy interesante, donde los intendentes peronistas jugaron un rol muy importante. De alguna manera, la idea del desdoblamiento permitió encarar una campaña desde lo local y hubo resultados extraordinarios en toda la provincia. Se pusieron en tensión varias cuestiones.
Por la positiva, hubo un respaldo a una idea de gobernar, la de Axel en la provincia, la de los intendentes peronistas en sus distritos y también un rechazo muy marcado a Milei.
-¿Cuantos puntos le sacaron en Lomas de Zamora a la lista de La Libertad Avanza?
-Casi 30 puntos de diferencia.
-¿Y la lista de legisladores provinciaciales cuanto sacó en Lomas?
-Casi igual. Es interesante, porque casi no hubo corte de boleta. Eso sirve para desmistificar algunas cuestiones. Se hablaba de mucho corte en favor de los intendentes. Hubo un trabajo muy interesante de entender la elección en toda su magnitud.
-Al final fueron muy disciplinados los intendentes? Decían, por ejemplo, que Ferraresi estaba enojado porque no le daban un legislador y que por lo tanto iba a sacar 70 puntos y la lista seccional 50, como una demostración de poder…
-Creo que todo el mundo entendió que era muy importante la elección en términos locales. Había que garantizar la gobernabilidad en los concejales porque al final del día un municipio no funciona con un chasquido de dedos del intendente. Hay que sacar ordenanzas y aprobar el presupuesto.
Nosotros planteamos que era importante que la motosierra no ingrese en los distritos, pero tampoco debía entrar en la Legislatura bonaerense, Y también había que entender en términos políticos que era importante generar un rechazo a la política de Milei.
-En una columna reciente, Guilermo Oliveto, un analista especializado en consumo, dice que, con 15 puntos de diferencia, no es que la lista libertaria era mala y que se quedaron con la plata de la fiscalización, sino que hubo en el voto un componente importante de rechazo a la situación económica…
-Sí, por supuesto. En el caso de Lomas de Zamora convivieron esas dos cuestiones en particular: un rechazo a la manera de Milei de llevar adelante el país y un respaldo de manera simultánea a otra forma de gestionar.
Creo que Milei supuso una novedad en su momento, con un voto que me pareció muy interesante y sofisticado. De alguna manera, la sociedad eligió a alguien diferente, que no había sido parte de los últimos fracasos de la Argentina. Recordemos la elección de 2023, veníamos del fracaso del gobierno de Macri, pero también del fracaso del Frente de Todos y la sociedad eligió a alguien que no formaba parte de eso.
Esa novedad que expresaba ante la inflación, los problemas no resueltos de la economía, el ver si las cosas se podían solucionar de otra manera. Eso generó un entusiasmo legítimo en nuestra población. También aportando una buena dosis de confusión, la dolarización: que la gente iba a ganar lo mismo pero en dólares y cierto entusiasmo con el voto joven, no solo con la rebeldía ante el sistema, sino con las bitcoin y cosas que después el Presidente, para desprenderse de Libra, admitió no tener la más mínima idea de cómo funcionaba.
Casi dos años después, mucha gente ve que no es por acá: un ajuste tan fuerte, sin obras, sin ningún tipo de asistencia, ni siquiera para jubilados, para los discapacitados, ni para los estudiantes universitarios. Y por el contrario, lo que se ve es agresión, una involución en la calidad de vida.
Pasamos de discutir en el final del gobierno de Cristina qué había que hacer con los pesos que le sobraba a la gente a fin de mes, a que la gente literalmente no llegue a fin de mes.
Yo recorrí todo Lomas y me encontré con testimonios de adultos mayores en crisis, diciendo que no llegaban a comprar los remedios. Gente que me contaba que por primera vez le tenía que pedir plata a su hijo, que no podía comprarle el regalo del día del niño a sus nietos.
Cuando se habla de la micro, tiene que ver con eso: si no le pueden regalar nada a sus nietos y además no puede comprar los remedios es muy difícil que acompañen a un oficialismo. Se votó en contra de una recesión furiosa.
-Conta un poco más como fue ese cambio que viste en los vecinos de Lomas…
-Hace un año se podía valorar la baja de la inflación. Había empresarios Pyme que hace un año valoraban eso. Estaba todo más frío, pero más tranquilo y había cierta previsibilidad. Hoy ya no, porque al final del día lo que a la gente le importa es el poder adquisitivo, qué es lo que puede comprar.
Si la inflación es de 1,9 o 2 o 5, no es algo que sea el centro de su vida. Entonces, un programa basado en que el FMI esté contento, fue repudiado en la provincia de Buenos Aires. Pero hasta leyendo algunos informes del Fondo se puede ver que hay señales de alerta ahí, respecto a la caída de la actividad. Este gobierno va camino a fracasar y eso se lo advirtieron los bonaerenses.
-¿Qué tan difícil fue el cierre de listas?
-Nosotros teníamos tensiones, matices, pero en comparación con las internas del Gobierno somos boys scouts. Bienvenidas sean las discusiones políticas, más aún, después de haber fracasado como gobierno del Frente de Todos.
-¿Fracasó Alberto?
-Sí, por supuesto, fracasó. Un gobierno peronista que no le transforma positivamente la vida a la gente y que no reelige, fracasa. Después, la autopsia de las excusas la hicimos mil veces. Muchas eran reales: la guerra entre Rusia y Ucrania, la pandemia, la sequía, también la cuestión del FMI.
Esto último con la salvedad de que era un tema que se sabía que estaba. Lo que hubo fue un gran problema al interior de la coalición, el error de no tener un acuerdo respecto de cómo resolver un problema que ya existía cuando asumimos. Eso nos tiene que dejar una enseñanza para el próximo gobierno, que no tengo dudas que va a ser peronista.
-Bueno, si vuelven ese problema del FMI sigue ahí…
-Va a estar y agravado. Argentina es el país más endeudado del mundo con el FMI, el segundo es Ucrania, un país en guerra. Hay un problema muy grande con el Fondo, con el sobreendeudamiento, pero habrá que plantear que también es un problema para el propio organismo semejante deuda. El Fondo deberá mirar con atención la deuda que está por encima de lo que convalida el propio organismo, poder atención a ciertos préstamos políticos que lo hubo con Macri y los hay con Milei, porque eso es lo que condiciona el crecimiento.
Ahí hay una dificultad para abordar ese tipo de cuestiones porque son densas, seguramente aburridas para la población, pero que nuestro espacio político va a tener que hacerlo con suma seriedad.
-Decís que vuelve el peronismo en 2027 ¿Vuelve con Kicillof o con otro candidato?
-Es demasiado pronto a dos años vista y teniendo en cuenta otras experiencias como la de Larreta, que era un presidente puesto y después terminó fracasando. Pero además debemos aprender de ciertas enseñanzas de la sociedad. La bala de la casta tiene que haber entrado para todo el mundo y no nos podemos pasar discutiendo de candidaturas.
-Lo pregunto al revés: ¿la instalación de la candidatura de Kicillof le juega en contra?
-No lo sé. Ojalá que no le juegue en contra. Además, es cierto que Axel, con este triunfo rotundo en la provincia, emerge claramente como un gran ganador. Fue contundente el respaldo en la provincia. Fue una elección que Axel se puso al hombro.
Es súper legítimo que todos los compañeros y compañeras tengan aspiraciones, más alguien que gobierna la provincia de Buenos Aires, que va por su segundo mandato. Pero tenemos que prestar atención a una cosa: si la sociedad nos ve todo el tiempo hablando de la política como si fuese una carrera, corremos el riesgo de chocarla. Y creo que ahora hay que concentrar los esfuerzos, más que en el 2027, en el 26 de octubre y consolidar este triunfo.
-¿El peronismo pueden volver a ganar en la provincia en las elecciones de octubre?
-Yo creo que vamos a ampliar la diferencia. Creo que hay un entusiasmo muy grande en muchísima gente.
-El argumento de los que quieren que gane Milei o que pierda el peronismo, que a veces es lo mismo y otras no, es que ahora en octubre los intendentes no van a movilizar porque la de ellos ya la tienen garantizada…
-Yo creo, con toda sinceridad, que los intendentes no somos tan importantes. Hay mucho de mito en eso. Hay mucho más vecinos y vecinas que militantes. En un distrito tan grande como Lomas, que tiene la magnitud de muchas provincias, yo no fui candidato testimonial, no fui candidato a concejal, nosotros impulsamos a Sol (Tischik), una joven de Lomas de Zamora, licenciada en Ciencias Políticas, una vecina de Temperley que impulsaba una renovación muy importante y yo hice campaña pidiéndole a mis vecinos y vecinas que acompañen a Sol.
Con la misma fuerza lo voy a hacer para que acompañen a Jorge Taiana, entendiendo que la elección de octubre es clave, porque un diputado más o menos puede cambiar la historia. Este gobierno quiere avanzar con una serie de reformas en línea con el FMI y hay que estar atentos porque la velocidad de la destrucción suele ser infinitamente superior a la de la construcción.
Claramente el del Frente de Todos fue un mal gobierno, pero éste es un gobierno infinitamente peor. Es la primera vez desde 1983 para acá que hay un gobierno nacional que no realiza ningún tipo de obra en Lomas de Zamora. Y para no poner el eje en los gobiernos de Néstor y Cristina, que para Lomas fueron transformadores, recuerdo el gobierno de Macri y Vidal, donde había obras inconclusas de gobiernos anteriores que terminaron.
-¿La gente empieza a darse cuenta de ese abandono?
-Sí. Había algo de la trampa del ajuste de Milei que tenía un sentido y tal vez desde ese lugar estaba bien pensado: era tercerizar los costos del ajuste en las provincias y municipios y quedarse con lo positivo del ajuste, con la reducción del déficit, con la posibilidad de pagar la deuda con el Fondo. Y fue un ejercicio también de conversación cotidiana con nuestros vecinos y vecinas para que entiendan que muchas obras estaban paralizadas y no iban a continuar por decisión del Gobierno nacional.
Mucha gente que se tomó en gracia el videíto de Milei diciendo ‘Afuera’, sacando cosas de una pizarra, cuando empezó a ver que el ‘Afuera’ eran los remedios, la posibilidad de estudiar o tener un trabajo mejor, ahí dejó de parecerle algo divertido. Porque también ellos ponen el eje en la falta de infraestructura en la provincia y las obras más grandes de agua y cloacas se hicieron desde que Néstor Kirchner decidió que Aysa sea una empresa con participación estatal. Incluso, en nuestro último gobierno, con Malena Galmarini se hicieron un montón de obras en Lomas y el Conurbano. ¿Cuántas obras de agua y cloaca se hicieron con Milei? Cero. Hay una disociación muy grande entre lo que se dice y lo que se hace.
-Lo dice por las afirmaciones de algunos adherentes al modelo libertario, que tras la derrota en la elección bonaerense salió a decir que a la gente le gusta cagar en un balde.
-Claro. Ok, perfecto, ¿Cuántas obras hiciste? Ninguna. ¿Y cuántas vas a hacer? Ninguna. ¿Y qué vas a hacer con Aysa? La vas a vender.
-Pero hay que estar muy atento para darse cuenta que los mismos que denuncian la falta de obras en cloacas, no hacen ninguna…
-Bueno, pero eso es parte del desafío de reivindicar la política. Este gobierno fue a esta elección con un clivaje que se les ocurrió a ellos. No estaba en la agenda pública la idea de Kirchnerismo Nunca Más. En algún momento habrán dicho “no tenemos una puta obra para mostrar, no tenemos un programa de gobierno positivo, una sola cosa para contar”. Se dieron cuenta que lo de la inflación era una cosa que le quedaba lejos en términos de valoración de la gente, y dijeron “vamos a hacer campaña con esto”: los kukas no vuelven más.
Y fueron a hacer esa foto medio indigna con el PRO y el buzo de egresados, en una visita exprés en La Matanza, banalizando la dictadura, buscando recibir cierto repudio, para generar discusiones y enturbiar la cosa. Una provocación absurda a la que se le ven los hilos. Tienen que saber que leímos los mismos libros, porque si no parece que Los Ingenieros del Caos (del italiano Guliano Da Empoli) lo leyeron solamente dos o tres.
Entonces propusieron Kirchnerismo Nunca Más y se fueron con una derrota humillante en la provincia siendo gobierno. Y yo puedo hablar de Lomas de Zamora y en la época del kirchnerismo hubo récord de obras de agua potable, de cloacas, de entubamiento de arroyos, de asfalto. No es tan fácil pararse en Lomas de Zamora y hablar mal de Cristina.
-¿Cómo está Cristina hoy?
-Muy bien, porque hay un vínculo de amor y afecto de buena parte de la sociedad con Cristina que en todo este tiempo lo han intentado erosionar y no pudieron.
-¿No crees esto que dicen que Cristina es una vela que se va a apagando lentamente?
-No. Vos te metés a una casa en Ingeniero Bunge y en la heladera capaz hay pegada una foto de Cristina. Hay un recuerdo a ella. Yo caminé mucho la campaña y con esto de los videítos para Cristina que subíamos en redes, la gente preguntando cómo está Cristina, mandándole fuerzas. Es el recuerdo de alguien que peleó para que la gente esté mejor.
-Antes del acuerdo electoral hubo una fuerte tensión entre Cristina y Kicillof. Si ganan en octubre ¿esa tensión se va a agravar?
-A mí me tocó hablar mucho con Cristina y con Axel en la previa del acuerdo. También con Sergio Massa, que tuvo un rol muy importante en poder amalgamar las distintas tensiones. Había un diagnóstico que compartíamos: era muy importante ser una oposición clara al gobierno de Milei y eso tenía que expresarse en una sola boleta, para que mucha gente que está enojada con el gobierno de Milei nos pueda acompañar. Y eso fue absolutamente exitoso. Buena parte del resultado de la provincia se debe al fracaso del gobierno nacional, pero también Fuerza Patria logró un porcentaje más alto que en la elección ejecutiva.
La gente vota siempre bien. Así como cuando votó a Milei era legítimo y había que ser respetuoso, también hay que respetar nuestro triunfo. Habla muy bien de Cristina y Axel que, a pesar de las diferencias, se haya podido generar este acuerdo de unidad.
-¿Y para adelante?
-Para adelante hay que ser mucho más responsable en la victoria.
-La posibilidad real de que el peronismo vuelva al poder, ¿va a agravar las tensiones internas porque lo ven más cerca o los va a unir?
-Las dos cosas. Las tensiones internas se van a incrementar, pero se van a poder armonizar en base a buscar un triunfo que de alguna manera permita hacernos cargo de la expectativa que generó esta victoria en muchísima gente.
Se lo decía a Cristina y a Axel: esto de ser intendente te pone en la calle. Es difícil ser intendente, es complicado al menos intentar ser un buen intendente y además sin ningún tipo de recursos. Me tocó el peor momento de la historia para ser intendente, no hay ninguna obra del gobierno nacional.
Hay mucha más verdad en lo que te dice un vecino o vecina que, muchas veces, aquella mirada de un dirigente político que está atravesada por su propio interés o la de su agrupación o sector. Y había un reclamo muy fuerte para que Cristina y Axel estén juntos.
Mucha gente se encariña con Axel porque Cristina lo presentó como su mejor exponente. Hay una cosa muy marcada, Cristina está en el corazón del pueblo y Axel a la vez lidera una expectativa de futuro muy importante. Y para muchísima gente, entre las que me incluyo, no hay ningún tipo de contradicción entre ambas cuestiones.
Se puede con toda claridad plantear el respaldo a Cristina, se puede solidarizarse con Cristina por una condena que consideramos injusta a todas luces y, a la vez, podemos respaldar lo que viene haciendo Axel en la provincia.
-¿Qué tan cerca o lejos estamos de un conflicto social grave?
-Hay una sensación de que estamos presenciando un choque en cámara lenta, que esto va a terminar mal. Este programa económico va a terminar mal, va a inaugurar un nuevo desencanto y eso va a generar una crisis económica, que va a derivar en una crisis política. Se viene una situación complicada en la cual el peronismo tiene que estar a la altura, no tiene que estar peleando por estupideces.
Ahora, hay dos elementos que antes no estaban que nos diferencias muy nítidamente de la crisis de 2001. Uno es la Asignación Universal por Hijo, que es un colchón formidable y otro es el capitalismo de plataformas, la uberización de la economía.
Tengo muchísimos vecinos y vecinas de Lomas que completan con las plataformas lo que ganan con su laburo, incluso en el Estado, que son policías, maestros o que hacían algún tipo de trabajo vinculado a la construcción y que eso se cayó. Muchas mujeres de los barrios más humildes de Lomas, Fiorito, Albertina, Budge, que iban a la Ciudad de Buenos Aires a trabajar a casas de familia con buenos trabajos, con vínculos de confianza con la familia y nos cuentan cómo se restringió, que les dicen que le van a pagar lo mismo pero que vaya tres veces por semana, en vez de cinco.
Entonces aparece el capitalismo de plataformas, vinculado con ser tu propio jefe, con poder tener un manguito extra, en una sociedad rota, porque es una sociedad que está trabajando mucho más. La desocupación genera desesperación, cuando hay desesperación la gente accede a trabajar voluntariamente por mucho menos de lo que vale, ahí baja el costo laboral y es parte de lo que plantea Milei, vayamos a Perú, a Bolivia, a eliminar la clase media, eliminar la educación y la universidad pública, eso es parte del programa.
Si hay algo que distingue a Argentina del resto de los países de Latinoamérica es su clase media y veo mucha gente muy estresada, muy angustiada porque no llega a fin de mes, y veo mucha gente honrada que no va a salir a chorear para llegar a fin de mes, pero va a salir a subirse a un Uber y ahí se encuentra con un pibito que no tiene ninguna perspectiva de futuro y sí sale a chorear y esa intersección es la gran tragedia argentina.
Vamos a tener que pensar una Argentina que incluya a los argentinos. El problema de la economía de Milei es que ya no cierra ni con la gente afuera.
-Algunos peronistas se entusiasmaron con el triunfo y dicen que hay que convocar a una Asamblea Legislativa, como la senadora Sandra Mendoza de Tucumán, ¿Qué pensas de esas expresiones bastante golpistas?
-Hay que ser profundamente respetuoso de la democracia, del orden democrático. Hay periodos, procesos, mandatos que están para cumplirse. Pero, así como hay un Poder Ejecutivo con un país híper presidencialista, también hay elecciones de medio término donde uno se puede expresar y definir si las y los diputados van a responder a Milei o a una lógica de preservar lo que queda de nuestro país.
Y eso hay que expresarlo con toda claridad. Hay que ir a ganar las elecciones por todo lo que se pueda, pero bajo ningún punto de vista me parece importante agitar cualquier otra cosa que esté por fuera del juego democrático. Incluso lo que le hace falta a nuestro país es potenciar la convivencia democrática. Por eso lamento, dentro de la mamushka de fracasos de la Argentina, el fracaso del PRO, yendo abajo de LLA, corriendo atrás de Karina por un lugar. Eso también le hace mal a la democracia.
El peronismo tiene que prepararse para discutir una idea de país con una derecha, una centro derecha. Pero ciertos sectores de poder también tienen que hacer una autocrítica respecto de su rol. Todo el fracaso de la Argentina no es culpa del peronismo. Gobernó Macri y también fracasó.
Esos sectores de poder no tienen que fanatizarse con experiencias antiperonistas solo por el sesgo gorila que tienen. Si hacen una reflexión, esos sectores de poder van a ver que les fue mucho mejor con gobiernos peronistas, que demuestran que se puede tener un sendero de crecimiento que incluya a los habitantes de nuestro país.
-Hablando de centroderechas, ¿cómo ves el surgimiento de Provincias Unidas?
-Lo celebro, me parece muy auspicioso. Como intendente, viendo lo difícil que es gobernar un municipio como Lomas de Zamora, alguien que es gobernador, mi máximo respeto. Me parece que hay un consenso de que así las cosas no van y que hay que generar una Argentina que sea más tranquila, que se pueda tener una conversación con alguien que piensa distinto.
-Qué te pareció la reacción del gobierno ante la derrota electoral?
-Veo a este gobierno completamente confundido. ¿Cuál es la respuesta a la crisis? Crear un Ministerio del Interior, una idea maravillosa, no se le había ocurrido nunca a nadie. Están poniendo algo que habían eliminado porque se hacían los cancheros diciendo que no hacía falta y ahora, ante una crisis política, crean un Ministerio del Interior porque hay que hablar con los gobernadores. Ojalá hablen con los intendentes también.
-¿Alguien del gobierno habla con vos?
-No. Y ojalá lo hicieran. Hay muchas obras paradas, no hay ningún tipo de asistencia. La seguridad es un problema gravísimo y no enviaron ni un litro de combustible, ni una cámara, ni un patrullero. Yo creo que los gobiernos de Cristina fueron los mejores pero también reconozco que durante el gobierno de Macri estaba Frigerio de ministro del Interior, estaba Sebastián García de Luca de secretario del Interior, con quienes podíamos hablar en conversaciones que no estaban exentas de discusiones, pero podíamos tener una conversación, un seguimiento de temas de Estado.
-Comentabas la fascinación inicial de un sector de la juventud con Milei ¿Cómo ves hoy esa relación?
-Veo un profundo desencanto.
-¿Por algo en especial?
-Porque las cosas están peor. Es muy difícil gobernar la Argentina. Néstor y Cristina demostraron que se puede hacer, pero es muy difícil. Y el entusiasmo que generó Milei es interesante porque de alguna manera en el peronismo nos habíamos puesto muy nostálgicos, hablabamos de 2003 en 2025, hablábamos de algo que pasó hace 22 años y un pibe de 16 o 18 ni siquiera existía, hablamos de una época de oro pero hoy las cosas están mal.
Es muy difícil decirle a un pibe que Néstor era un capo, que de 2003 a 2007 hubo tasas chinas, superávit, crecieron todos los sectores y todo lo que hizo Cristina, todas las obras, este microestadio donde venís a jugar a la pelota lo hizo Cristina. Es muy difícil conectar con los pibes en la nostalgia que nosotros estábamos inmersos porque, además, parte del triunfo de Milei fue su rechazo a las políticas sanitarias en la pandemia.
El gobierno anterior quedó como un gobierno que encerró a la gente, a los pibes que no podían ir a bailar. Milei emergió como un soplo de aire fresco en una política que había fracasado. Lo que pasa es que rápidamente tiene una pésima gestión económica, los disruptivo que podía tener respecto a la casta, con la incorporación de personajes como Scioli y los escándalos de corrupción, pierde esa fuerza renovadora que lo impulsó.
Y hoy está en crisis, lo veo en un momento complicado. Ojalá el Gobierno se abriera a hablar con los gobernadores, con Axel, con el propio Massa. El gobierno está en una situación límite y la experiencia que tuvo Sergio en su momento como ministro de Economía para poder pilotear una crisis sería importante para un gobierno como éste.
-Massa enfrenta el reproche que es en parte responsable de la llegada de Milei, porque lo apoya para partir el espacio de centro derecha, pero después Milei le gana. Y en el massismo contestan que en la primera vuelta quedó a un punto y medio de ganar y que tan equivocada esa estrategia no fue…
-Sería hacer demasiado retrospectiva de la elección de 2023. También esa elección deja muchas enseñanzas porque está claro que, en términos originarios, ciertos sectores del establishment querían que gane Larreta o Bullrich. Por eso me parece tan interesante ver que ahora cuando uno analiza el reciente voto en la provincia de Buenos Aires, lo que queda es un voto anti peronista tradicional, que podría haber tenido el PRO.
Por eso me parece un error tan grande del PRO haberse diluido en otro partido, en un acuerdo medio indigno. Esa fue una de las claves del triunfo del peronismo, porque hubo un sector de la población que se quedó sin representación y va a ser un desafío para adelante poder consolidarlo. Nosotros por primera vez pudimos ganar en el centro de Banfield, en el centro de Temperley, Turdera, zonas que históricamente habían sido esquivas al peronismo.
-Y ésta idea de que el peronismo siempre gana en la provincia de Buenos Aires, que es muy difícil entrarle. ¿Qué secreto tiene el peronismo en la provincia de Buenos Aires y particularmente en el conurbano?
-En lo que tiene que ver con los intendentes, hay un vínculo de cercanía que se construye a diario.
-Pero, por ejemplo, los radicales desaparecieron del conurbano.
-Bueno, también es una mala noticia el resultado del radicalismo.
-Pero, ¿por qué es tan difícil el conurbano para otras fuerzas que no son el peronismo?
-Creo que, sobre todo en el conurbano, están los que ven que con el peronismo en general y el kirchnerismo en particular, fue un período muy importante, de obras trascendentes, de mejora en la calidad de vida. La diferencia de comer o no comer un asado el domingo no es un dato menor. Irte o no de vacaciones no es un dato menor. Hay muchas Pymes, muchos comerciantes del Conurbano que les va bien gracias al famoso consumo interno.
Cuando se habla de enfriar el consumo interno para que eso no impacte en la inflación, lo que estás diciendo es que vas a cagar a la gente. Entonces, hay ciertos discursos para ordenar la macro que en Washington pueden sonar agradables, ahora, vas al conurbano y a los tomatazos, porque en definitiva es decirle a la gente que va a vivir mucho peor.
Tiene que ver con sintonizar una forma donde el Estado es muy importante. El Hospital Gandulfo no está en las mejores condiciones. Ahora, destrozarlo, no. Hay que ponerle más recursos. Es muy difícil entenderlo desde afuera del Conurbano. En los clubes de barrio tenés gente increíble que se hacen cargo de las comisiones para que los pibes puedan jugar a la pelota. Hay que darle el país a esa gente, los que hacen que ese milagro pase.
¿Dónde quedo Máximo Kirchner en luego de toda la tensión con Kicillof? Da la impresión que lo más importante que logra Kicillof con este resultado es autoridad política, le dijeron que era un error desdoblar y se ganó por 15 puntos.
-El peronismo es muy resultadista y está perfecto porque somos un partido con vocación de poder. Y el análisis no es el mismo si perdés o ganás. Si ganás, implica que hay una legitimación del pueblo a tu accionar. Imaginemos los comentarios de muchos compañeros si el resultado era exactamente al revés.
-Lo mataban…
Y seguramente con razón. ‘El desdoblamiento fue un error’, ‘la gente no fue a votar’. Entonces, haciendo ese ejercicio, me parece que más hay que valorar el rol que tuvo Axel en este triunfo electoral. Me parece que es muy importante ponerlo de manifiesto. Y esto expresarlo sin ningún tipo de contradicción. Nosotros hicimos una campaña en Lomas que debe haber sido una en la que Cristina estuvo más presente por el vínculo de amor y cariño que tenemos con ella con Daniela (Vilar) mi compañera. Me angustia mucho la situación de Cristina que está presa, encerrada en un departamento chiquito.
-¿Creé que hay que indultarla?
-No sé si es el indulto el mecanismo constitucional correcto y no sé si es algo que encima a ella le sienta bien porque de alguna manera sería presumir cierta culpabilidad. Lo que sí creo con toda claridad es que hay que liberarla dentro del orden constitucional. El haber encarcelado a Cristina es un error grave del poder en nuestro país y es un error que hay que repararlo. A Cristina la metieron presa para que no sea candidata y el revés electoral que tuvo el Gobierno fue tremendo y se toma nota de eso.
-Pero volvamos a Máximo…
-Tengo una gran relación con él, hace muchísimos años, de mucha discusión. Lo que le valoro a Máximo es que es alguien que se aguanta mucho la discusión interna, le gusta pensar y discutir. Hizo cosas con las cuales yo no estuve de acuerdo, como por ejemplo renunciar a la jefatura del bloque. En su momento se lo planteé como militante del peronismo. Más allá de la decisión de no acompañar el acuerdo, porque ahí si se quiere el tiempo le dio la razón, hay una cuestión metodológica de abandonar la jefatura del bloque, genera confusión en la población y eso iba a agravar las cosas. En esa discusión, él tenía razón, el acuerdo con el Fondo era malo, pero su decisión le hizo daño políticamente.
-Y qué hablaron sobre esta elección?
-Conversamos mucho, fui uno de los que planteó que tenía que haber unidad. Como intendente yo escuchaba: ‘Cristina y Axel tienen que estar juntos, vamos contra Milei, los quiero a los dos’. Había una cosa de un dolor sobre un dolor, el dolor que esté Milei y el dolor de que nos desintegrábamos.
Máximo es alguien que reivindica, como la hacía Néstor, hacer públicas las diferencias, cree que es positivo para la política. Bueno, podemos tener matices. Creo que es un gran compañero que también es cierto que está muy demonizado, no solo por medios de comunicación, sino por sectores de la política que encontraron en pegarle a Máximo una diagonal para no pegarle a Cristina de manera lineal.
Desde muchos medios atacan a La Cámpora, porque el poder decodifica la política mejor que muchos compañeros y compañeras y entiende que es la organización más cercana a Cristina.