La madrugada del jueves 19 de junio comenzó con un llamado de emergencia. A las 1:30, el sonido de la sirena rompió el silencio de la noche, alertando tanto a la comunidad como al cuerpo activo de Bomberos Voluntarios de Ayacucho. Una situación crítica requería asistencia inmediata.
El foco del siniestro se encontraba en la intersección de las calles Sarmiento y A del Valle, donde el histórico “Autoservicio Fabián” era víctima del avance implacable del fuego. En cuestión de minutos, más de dos dotaciones del cuartel local llegaron al lugar e iniciaron un operativo que se extendió por más de tres horas.
Durante el trabajo, los camiones cisterna debieron regresar al cuartel en tres oportunidades para reabastecerse de agua, lo que da cuenta de la magnitud del incendio. A pesar del esfuerzo incansable de los bomberos, el comercio no pudo ser salvado. El fuego avanzó con una violencia tal que terminó por consumir gran parte de la estructura. No obstante, también hay que destacar la valentía y profesionalismo con que el personal actuó en condiciones extremas, conteniendo las llamas y evitando una tragedia aún mayor.
Fuentes extraoficiales informaron a Diario Ayacucho que el origen del fuego habría sido un calefactor eléctrico ubicado en la vivienda que integra el mismo predio que el comercio. En el lugar se encontraba el propietario del autoservicio, quien logró salir a tiempo, aunque debió ser asistido médicamente tras haber inhalado monóxido de carbono y por la crisis nerviosa que sufrió al ver cómo su fuente de trabajo y años de esfuerzo eran consumidos por las llamas.
Lo que sigue a esta tragedia es doble. Por un lado, el reconocimiento y agradecimiento al cuerpo de Bomberos Voluntarios y a los servicios de emergencia que actuaron con compromiso y rapidez ante una situación de extrema urgencia. Por el otro, el llamado a la solidaridad de toda la comunidad.
